A lo largo de 26 episodios cortos, el documental (serie y largometraje) El cuarto de sombras, propone una nueva forma de abordar la historia del arte. Jugando con diferentes registros narrativos y visuales, combina ensayo y ficción. En la ficción, una mujer vive recluida en un cuarto, observando el mundo desde su ventana. Gritos, explosiones y ruidos de helicópteros dan a entender que el cuarto es un refugio en tiempos de guerra. Durante tres días y noches sin dormir, el cuarto se convierte en una prisión. La violencia del exterior se apodera del interior. El cuarto deja de ser un lugar seguro. La mujer piensa en voz alta, recordando fotos, películas, pinturas y libros que le proporcionan distracción durante su confinamiento, y que constituyen el elemento documental de El cuarto de sombras. En sus monólogos evoca obras de arte que sacudieron el orden social, contribuyeron a las libertades individuales, exploraron la lucha por los derechos humanos o denunciaron la manipulación ideológica de las imágenes. Poco a poco, la mujer construye un recorrido personal a través de la historia del arte y del cine, animando a los espectadores a cuestionar el poder de las imágenes en nuestra sociedad saturada de imágenes.

Un mundo sin adultos. Grupos de niños viven libres de la tiranía de la edad adulta. Una niña sale de la prisión y es recogida por un chico en un coche. Regresan junto a sus amigos que viven en una enorme cantera en una isla. Se representan obras de teatro los unos a los otros. Hablan sobre el amor, la muerte y las criaturas de la noche. Un joven minotauro se confunde en un laberinto. La niña sale en peregrinación y atraviesa un inframundo habitado por adultos decrépitos que rara vez ha visto. Emerge en otra tierra, sube una montaña y se encuentra con un sabio y su traductor. Pregunta por la tierra, los tiempos, el lenguaje, el futuro. Satisfecha tan solo a medias por sus misteriosas respuestas, la chica marcha para encontrar su propio camino en el mundo. Le hace un puente a un coche y conduce por una autopista desierta escuchando su canción favorita, cerrando los ojos, riendo.

Lignano Sabbiadoro, Friuli. El verano está llegando a su fin. Serena, una mujer joven de veinte años trabaja de camarera en el hotel de su tía. Serena nunca hubiera pensado que Giulio, su ex novio, le invitaría a irse de viaje con él. Casualmente está sin trabajo y deseando escapar, con ganas de libertad y de vacaciones. La realidad nunca se ajusta a las expectativas y marcharse con un ex nunca es una buena idea, así que rápidamente acaba sola por primera vez en su vida. A pesar de no haber ido hasta muy lejos, con el pasado siempre vigilante y la melancolía, el miedo a lo desconocido se dispara. Su encuentro con Tiziana, una joven socorrista, hará más fuerte a Serena. A pesar de venir de un pequeño pueblo, no tener estudios y haber acabado como camarera, ella puede también elegir su vida, sentirse bonita y soñar con su futuro.

Durante su último año en el instituto, VUK (17) –un heavy de un pueblecito serbio¬– está intentando grabar un álbum con su banda de black metal y mantener una amistad inestable con su mejor amigo Igor. Juntos tratarán de superar los prejuicios y condenas que emanan de su entorno, una comunidad que oculta secretos profundos y serios del pasado.